Los falsos valores patrióticos

 Siempre he pensado que la religión y la nacionalidad es cuestión de azar, nadie escoge dónde nace, ni en cuál creencia ser adoctrinado, no se puede sentir orgullo frente a una casualidad. Agradeciendo a Residente el inmenso apoyo al pueblo colombiano, lo contradigo: “El que no ama su patria, si ama a su madre”.

Cruel frase, ¿verdad?  pero hay un trasfondo en mis palabras, lo que consideramos patria, más bien lo que nos enseñan a llamar “patria” es solo una montaña de mentiras. De por sí grandes pensadores y filósofos, incluyendo a Jiddu Krishnamurti consideraban los símbolos, las banderas y las religiones como detonantes de guerras y desunión de la humanidad.

El patriotismo ha sido una de las causas no solo de guerras internacionales, sino también de comportamientos inhumanos como la xenofobia y el mismo fascismo. Pero, si hablamos de conflictos internos dentro de cada país, el patriotismo entonces pierde toda su validez. Cada país es dividido por regiones, sectores, localidades, creando regionalismos y conflictos.

Generalmente cuando se habla de “valores patrióticos”, los cuales nos enseñan desde tierna infancia, los contextualizan como algo general, donde todos los individuos de un país están de acuerdo con ellos y los deben obedecer, ahí viene el problema: la obediencia. Ese sentido imaginario de “pertencia” a un símbolo, no a un territorio, hace que millones de personas salgan defendiendo una idea e inclusive maten a su prójimo, así sea su mamá.

El territorio llamado Colombia, ha sido víctima innumerablemente de la obediencia “patriótica”, generando conflictos internos que pocas personas imaginarían; desde el comienzo con el atropello a los pueblos originarios, pasando por las confrontaciones entre liberales y conservadores, guerrillas y paramilitares, la cacería de brujas de los feudalistas hacia la supuesta “izquierda” que aún continúa con la ayuda de un narco gobierno, nos ha hecho entender que definitivamente esos “valores patrióticos” no nos representan.

Es fácil entender como pueblo por qué no nos sentimos identificados, la mayoría de valores patrióticos los imponen los poderes políticos y económicos, según su conveniencia. Lo manejan en su discurso tachando de antipatriota a toda persona que no esté de acuerdo con sus manejos y su gobierno, creando entonces enemigos imaginarios que casualmente resultan ser la parte de la población inconforme, al mismo tiempo resaltan y aplauden a los obedientes que solo se someten por el “bien a la patria”. En esa energúmena y monstruosa retorica han sucedido miles de masacres.

En el contexto actual vemos que personajes como Álvaro Uribe Vélez utilizan los supuestos valores patrióticos, para llamar no sólo al uso indiscriminado de la fuerza y la violencia, sino también para acusar de “terroristas” y antipatriotas toda persona que no siga sus lineamientos y sus supuestos valores. Este personaje es una muestra clara y concisa de que el patriotismo no representa al pueblo. El Gran Colombiano no representa al pueblo.

Si deseamos cambiar este discurso, es absolutamente necesario redefinir nuestros valores entre nosotros mismos como habitantes de un territorio, entender que las personas pueden estar de acuerdo o en desacuerdo con las políticas del momento, sin ser considerados “terroristas” “castro chavista” “comunistas” o miles de etiquetas que son falsas, poniendo en riesgo la vida y la integridad de otras personas. Así mismo las personas mayores comprender el cambio generacional y las necesidades de los jóvenes para su futuro, futuro en el cual ustedes ya no estarán; es indispensable incluir y atender el llamado de los territorios y comunidades excluidas por las políticas, que también pertenecen y merecen ser escuchadas.

El gran diálogo nacional no es entre el gobierno y líderes politiqueros, el gran diálogo nacional debe ser entre nosotros como habitantes, entender los miedos, las necesidades de quiénes nos rodean, solucionar los interrogantes, llegar a puntos medios y lo más importante acabar con los regionalismos y entender que cada territorio ha vivido sus propias violencias. Una unión poblacional donde amemos más a nuestra madre que a la supuesta patria.

@ladytron26



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