El fanatismo y otros males.

Ayer mientras disfrutaba un poco de naturaleza y aire libre, apareció una cacatúa humana, una señora que al mejor estilo de Paloma Valencia gritaba- porque no conversaba- con otros tres personajes.

La señora en su carro, sin bajarse del él obviamente, le decía a sus tres lamezuelas cómo el uribismo iba a ganar las próximas elecciones.

Gritaba que a los de izquierda nos deberían desaparecer, que los jóvenes tenían el "cerebro lavado" por eso se estaban volviendo gays, que no entendía la ayuda a los barrios populares donde, según ella, los hombres se dedican a tirar vicio en cada esquina y las mujeres se prostituyen.

Imposible en sus gritos no invocar la biblia, " trabajarás con el sudor de tu frente" decía, luego en su acto de fanatismo extremo gritó " Como uribe que nos dijo trabajar, trabajar y trabajar" mientras sus interlocutores le aplaudían, yo sin querer solté una carcajada. Según sus palabras A JESÚS LO CONDENARON POR DECIRLE A LA GENTE QUE TRABAJARA Y A URIBE POR DECIR LAS PALABRAS DE JESÚS. 

Evidentemente habló mal de Petro y dijo que era un guerrillero que tenía vuelto mierda el país y que iba a enlistar jovenes en el ejército para una guerra contra estados unidos, para defender a Maduro (jajajaja, perdón es inevitable), que las feministas teníamos la culpa de todo lo que estaba sucediendo y que cómo era posible que los jóvenes de ahora eligieran su "género" y el servicio militar no fuera obligatorio.

Luego en su punto máximo de ultra derechismo clasista dice: " En las redes no lo saben, pero yo tengo un buen corazón, soy muy generosa y he ayudado a mucha gente, a mi también me ha tocado vender cosas para poder salir adelante" a lo que no aguanté y solté una carcajada que fue inevitable que me escuchara.

En ese momento pensé que nuestra amiga de "altos valores cristianos" pasó por alto casi el 80% de las palabras y actos que dijo e hizo Jesús, cosa que no me sorprende pues utilizan la religión con amaño, también que me dañó mi momento de silencio y descanso con sus estupideces, ya que por momentos me tocó poner el celular a volumen descomunal y aún así se escuchaban sus gritos de loca, al parecer para ser de derecha hay que hablar como Paloma Valencia...

Pero lo más importante, es que aprendí que debí hacerme la dormida, como una señora de edad de humildes recursos que estaba en una silla cerca y que mágicamente abrió los ojos cuando por fin la cacatúa uribista se fue en su auto abandonando el lugar. 

Cuántas cacatúas habrá escuchado la señora, que ya no la inquietan, sino que la arrullan.


Sandra García




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